domingo, noviembre 21, 2004

Regresiva... 1... Fin de la cuenta!

Dentro de unos minutos, libraré una batalla conmigo, es una batalla de cierto modo arreglada, porque no puedo, sino ser vencedor.

"tengo tanto qué amar y qué matar,
quiero ser hombre,
porque no sé amar, no se matar,
no he aprendido."

Mataré a mi lobo estepario, mataré a mi "Amig@ imaginari@", mataré dos o tres "yo" que merodean chupando mi sangre a cada rato que ven oportunidad para hacerlo, pondré fin a ello con este ultimatum. Cierro, me doy el lujo de hacerlo, varios ciclos con este contar atrás.

Aprendí, que sentir es vivir, que uno puede estar más allá de lo que puede pensar, puede ser más de lo que cree ser. Hace algunos años, mi potencial había alcanzado el nivel de lo improbable, de lo omnipotente, lo dejé caer, porque atribuí valores a cosas y a personas que no lo tenían, hoy, me permito retomar esa senda, puede ser que no lo logre, que ese potencial se me ofreciera solo una vez, pero hoy, por convicción propia, intentaré llenar mis venas con sangre nueva, sangre que viene del poder que ofrece el amor inmenso.

Sí, es verdad que mataré, deliberadamente mataré, pero dejaré nacer esos otros "yo" que han esperado pacientemente que esto suceda. Creceré como árbol, dejaré que mis ramas lleguen tan alto como cada una de ellas pueda, no puedo sino sostener y alimentar desde la raiz. A veces, es necesario podar unas pocas ramas, para poder ver cómo nacen ramas nuevas y cómo brotan los frutos.

Dejaré vivir 24 horas a mi lobo estepario, horas en las que guardaré silencio, es todo lo que puedo hacer por él. En un momento más, dejaré de ser un ente mágico, dejaré de ser solo un respiro dentro de un sueño, un espectro o sombra de mí mismo. Materializaré mi propia materia, seré más que mi propio deseo de ser.

Los ciclos de mil cosas han quedado cerrados, no puede ser coincidencia, sino solo parte de mi propia cuenta regresiva, cuenta que parece haber ido más allá de solo un acto metafórico y alegórico. Ha permeado en situaciones, que necesariamente tenían que concluir para dejarme elevar mis cantos más allá de mi voz, más allá, incluso, de mi propio silencio.

Después de estas 24 horas siguientes, seré un hombre nuevo, un ente nuevo, un ser de amor, un ser de luz...

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