viernes, noviembre 26, 2004

Nota del autor

(Para todos aquellos que leyeron el capítulo VIII y no conocen aún el poemita, se los presento en este mismo instante)

NO ME ABANDONES

No me abandones,
me traiciona el tiempo, la razón o la noche,
las paredes hacen muecas y juegan conmigo,
sabes de mi mundo pequeño, sabes,
ni siquiera a la soledad es fiel mi soledad,
no me abandones,
no me hagas falta en noches de luna
o en tardes lluviosas,
sabes que el pensamiento es extenso
con sus recursos y mentiras,
sabes lo inmenso de mi mundo, sabes,
caben millones de preguntas, caben martirios,
no me reduzcas a tiempos meditados,
no me condenes a templos de gusanos,
¿No soy yo quien debe hablar con la noche?
¿Es acaso la noche quien me habla de ti?
si es que lo sabes, te pido que no me abandones,
te pido que veas en mis ojos cuando…
te alejas y sabes que me pierdo en niebla,
cuando mis piernas dejan de ser mías y se sientan
y se quedan inertes esperando la noche,
la noche que habla de ti, de la luna y la lluvia
¡No me hagas falta! Porque queda de ti
un olor a tierra mojada,
queda mi sombra al claro de luna
¡Oh luna!

Queda mi alma a expensas, al aire libre,
no me hagas falta cuando sabes que estoy contigo,
no te alejes y me reserves un mañana,
porque el mañana es falso y desleal,
no regreses a media noche cuando me haces falta,
porque te aguardo todo el tiempo,
no me reciba una vez más tu pecho cuando hay tiempo,
no me dejes tendido en espera del gran mediodía
¡No me abandones!

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