domingo, diciembre 12, 2004

El pozole de Coyoacán

Hay cierto pozole que me encanta. En un mercadito de coyoacán, justo a un lado de la Guadalupana (la cantina), venden un pozole que es lo más cercano a la verdad.

Hoy iba directito y sin escalas a comer un sabrosimísmo pozole de coyoacán, pero al llegar, en lugar del puesto de pozole, había una Guadalupana con todo y serie de foquitos, heno, escarcha y todo el chow. Chale!. Digo, no tengo nada contra la Lupita, pero... ps, el pozole es el pozole no?

Solo escogí mal día para estar de antojo.

Afuera, en el parque, estaba atiborrado de puestos donde ofrecen pozole y quesadillas y pambazos, pero pss, eso NI ES. La última vez que comí en uno de esos puestos, cuando alguien pidió limones, los pusieron así sobre el mantel de plástico, mantel sucísimo (ni sé cómo se dice, jaja), y además, la que atendía, aumentaba los precios como en 50%. Cuando pedimos la cuenta, de unas flautas (dos pinches tacos bienrefeos), un pambazo, una tostada y un refresco, la móndriga quería 180 pesitos... eso fue en septiembre, el 15... claro, lo sé, en esa fecha, todos cobran como se les da la gana. Sin embargo, a mi me reencabrona que me quieran ver la cara, así que hicimos justas cuentas con los precios que había investigado previamente y resultaba que eran 110 pesitos y eso, ya con precios exorbitantes. Yo digo... "por lo menos que limpien las mesas no?".

Jamás vuelvo a comer en esos puestos.

Respecto al pozole, tendrá que esperar. Por lo pronto hoy fue sustituido por unas rebiengrasosas pero deliciosas quesadillas igual del mercadito.

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