miércoles, septiembre 22, 2004

BIPARTICIÓN

I
Elucidando paradojas,
haciendo recuento de experiencias,
te veo aquí cuando estás
y cuando no estás.

Solía sentir tus eclipses de razón
cuando con sombras, mis palabras se iban,
aquí estabas, tu calor, tus poros,
tu cabello, tu pubis...

éramos uno y con la luna,
éramos uno y con la tierra.

Solía tomar tu mano y las caricias,
éramos como una autocomplacencia
teníamos la misma sombra
y la misma palabra en la boca.

Te veía aquí cuando estabas y no estabas
cuando no estabas y estabas,
sabía entonces que existías
sabía entonces que podía tomarte
que eras mía... aunque no lo fueras,
que el calor era uno y con el frío
que los poros de uno y tus cabellos los míos
y que el pubis y el resto, parte solo...
de nuestro par de ojos, de nuestra ventana o cielo.

II
Eeramos tanto uno, que no hacía falta nada, para ser uno,
pero pronto fuimos uno, que se sintió solo
que estaba incompleto.

Solía mirar mi alrededor y preguntar
si estabas o no estabas
si estabas, solías decir "¿Qué tienes?"
solía decir "nada", si es que estaba
pero ese nada, es porque no había nada
ni estaba nada,
ni estaba nadie.

Recordando, trato ahora de verte
pero eres casi evanescente, eres humo,
y suelo hablarte, pero hablo solo,
y si callo, entonces reclamas mi presencia
pero es que aún estando ya no estás
no estando, no estaré.

De uno, ahora somos dos,
dos, y más separados que nunca
tu allá, yo acá, tu acá, yo allá,
dos que buscan, dos sin vida
sin camino
y por regla nos haremos cuatro
dos sin estar, dos insurrectos.

III
Ya no sé si estás
si soy
si existes
Ya no sé si eres
si estoy
si somos.

Ya no hay ni ecos de las sombras
ni resquicios de palabras
ya no queda ni el calor, ni los cabellos,
los poros ya son hoyos negros por donde se fugó
el pubis y recuerdos y caricias y palabras
y sabores y sueños y estancia y existencia
y ojos y cuerpo y uno y dos y cuatro...
y todo.

Aroón Rivera
1999

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