martes, marzo 08, 2005

Café con ella...


I
No quería pensar en vos
pero lo hago
su piel, de lejos, en el viento
viene a mi tacto
su beso en mi frente
me sorprende gritando,
en silencio gritando
y viene a mis pulmones y mis ojos
en el humo del cigarro
viene también en el murmullo de la gente
es su aleteo lo que suena
en las palabras de otros,
viene en la fiesta de colores
que se encuentran mis ojos
y en el aroma del café
que me estoy tomando.

No quería pensar en vos,
pero vos se encuentra dentro de mi,
en todos lados.




II
Me descubrí, de entre sombras, silente
volando al mar, callado, mudo, volando,
siempre hacia arriba, siempre de frente
siempre como un músculo suave flotando.

Y ahí la vi, su mano tierna que abrazó mi vuelo,
su piel delgada y blanca que de cera espejo,
mi tierra entonces se volvió de espuma,
mi pensamiento, entonces, se sumergió en el sueño.

Ella flotaba, en mis manos flotaba
en el viento que soy, en el respiro,
en el aire que mis pulmones sueltan
para prestarle al mundo,
ella flotaba, como mi corazón, flotaba.

Me descubrí quimera y me descubrí profeta
todo lo que hoy, también lo fui dormido,
ella sabía morir entonces, al bajar la marea,
y ella sabía volar, sobrevolar los días
y sabía también aterrizar entre mis sábanas.

Un día se arrancó las alas,
creyó morir, pero está viva,
creyó ser sombra con sus sombras y mías,
solo estaba sobre una nube gris... dormida.

Me descubrí sin alas, a su lado,
me descubrí desnudo y con las manos quietas
duermiendo, pues, sobre la misma nube
no había palabras ya, entre nosotros,
no había caricia...

En nuestras manos, unidas, desnudas,
dormía un corazón de ambos.

Nos descubrí lloviendo,
hacia la tierra y la semilla
llovendo sin espanto,
después de todo, seguimos juntos...
volando.



III
Mis alas, sin permiso
me llevaron a usted.




Servilletas II
Aroón Rivera

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