martes, octubre 19, 2004

7 Minutos

Hay una tarde impresionantemente hermosa. Las tardes como esta, me llenan de recuerdos, las cosas más hermosas que recuerdo de mi vida han sido siempre en estas mismas épocas, el olor de la tarde es suficiente para que detenga mis actividades (es obligado)y dedicar siete minutos únicamente para oler y reflexionar y recordar y saborear pensamientos.

Me doy cuenta, mientras veo volar mariposas blancas y amarillas y mientras veo volar unos cuantos pajaritos como disimulando el hambre, que las decisiones más importantes de mi vida han nacido siempre entre septiembre y octubre, hasta que crecen lo suficiente como para ser tomadas... por supuesto, en noviembre.

Ya está formulándose en mi cabeza... ya sabremos si crece lo suficiente de aquí a noviembre.

Por lo mientras, respiro esta tarde, la respiro con todo mi ser, porque un día no podré hacerlo de nuevo.
Me quedo con este olor a mandarina de las mil tardes de mi vida.

No hay comentarios.: