Lo reconozco, lo reconocí en mi cuarto, a media noche, cuando sin recuerdos ni pensamientos desos en los que hay alguien más... ahí, en la incertidumbre de otras noches no había sino bienestar, solo con mi bienestar, así nomás solito yo y mi bienvenida soledad.
Lo reconocí entonces, no me hace falta nada, nadie, para saberme vivo, en medio de mi vida, de mi historia que se reescribe para mí mismo...
Lo siento por aquellos que esperaban más de mi, lo siento, hoy no estoy para nadie... solo para mi... en mi vuelo.
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